
¡Y LLEGARON LOS TUNOS!
Convento del Carmen, Pastrana
Desde el comienzo a Patricia y a David se les notaba la relación tan cercana que tenían con su familia, quienes les arroparon y mimaron durante sus preparativos. E hicieron que los nervios fueran más llevaderos.
La ceremonia estuvo llena de sonrisas y lagrimas, como tiene que ser una boda. A veces también a nosotros se nos salta alguna detrás del objetivo. La salida de los novios fue preciosa, el lugar que era como de cuento, la luz del atardecer y los confetis de colores, consiguieron que se produjera la magia.
La cena estuvo amenizada por un grupo de tunos del lugar. Además sus amigos y familiares les hicieron muchas sorpresitas y regalos, lo que hizo que se mantuviera ese ambiente emotivo y cercano que nos contagiaban y acabamos sintiéndonos uno más de la familia.
El broche final lo puso el baile de los novios arropado por las luces de las bengalas que sostenían sus seres queridos. ¡Que viva el amor del bueno!